Ultima vez...

Decidí cambiar el rumbo...Erguirme nuevamente y ponerme de pie... Abrazar a mi corazón... y entre sus latidos volver a renacer... 

Te lloré, lo que se llora un amor eterno.... me doliste cual alma desgarrada en su ser... y abracé tu amor (que era solo mío)… y así en carne viva, me puse de pie. 

No sé cuantos sueños he degastado... cuantas ilusiones se fueron con tu querer... cuantas promesas tuyas incumplidas... cuantas palabras se perdieron en ese ayer. 

Me vi nuevamente llorándote lastimada... ingenua ante tus palabras por enésima vez... creída de que habías cambiado en este tiempo... ilusa de que me querías bien. 

Sentí de tus manos, mas no de tus labios ese “te quiero”... que me repetiste una y otra vez... me vi feliz a tu lado en un país lejano... me vi para siempre amándote. 

Te dije cuál era mi terror más grande... ése que nadie sabe que llevo en mi ser... decir tan solo esas dos palabras... que nunca jamás pronuncié. 

Creí que serías vos el que conquistaría mi corazón cansado...  ése que te esperó 10 años para poderte ver... paciente, en silencio, con su amor intacto... del que poco te importó lastimarlo otra vez. 

Almas errantes de corazones libres... que se quisieron vida tras vida hasta fenecer... terminar juntos en finales trágicos... y que nuevamente se pierden por negligencia de tu querer. 

Mi alma inquieta está agotada... de ver cómo la tuya juega con su querer... de saber que mientras ella evoluciona... la tuya perdida se vicia una y otra vez. 

Me dueles Edu, es inevitable... los desaires, malos tratos me hieren cada vez... Te lo di todo a corazón abierto... ojalá eso lo lamentes cuando cuenta te des. 

Sólo así aprenderás la incondicionalidad de lo eterno... sólo así verás el daño que me causó tu “mal querer”... para ese entonces yo ya estaré muy lejos... errante nuevamente buscando que me quieran bien. 

No te tengo rencor (quiero que lo sepas)… imposible tenerlo a quien con el alma amé... lamento que lo nuestro no haya funcionado... quizás esto en esta vida tenía que suceder. 

Vine por vos dos veces en una misma vida... más de lo que te dí, ya no te puedo ofrecer... sólo me resta cicatrizar mis heridas... y así con mi corazón herido, ser fuerte otra vez. 

Mi alma abraza a la tuya, en un último suspiro... este es el final de tantas vidas que recorrimos cierta vez... que la luz que tuviste vuelva a vos algún día... para que no sufras las consecuencias del daño que te haces, humanizándote.